
Mi vagina
Mi vagina se estremece de placer,
no tengo más fronteras para contenerte
que estas frágiles paredes rugosas.
Mi vagina clama una venganza que no es mía,
ni tuya, ni de las dos juntas.
Mi vagina reclama la sed de la victoria
sobre tus alas cerradas sobre mí.
Mi vagina se hace vaina
sobre tu gusano-mariposa
y te permite el vuelo,
aunque tus alas se pudrieron hace tiempo.
Mi vagina consiste en un truco de magia,
si haces sshssssss,
me saco un conejo
que no se llama Venus,
ni Marte, ni Mercurio
y que nunca come zanahorias.
Mi vagina clama sangre,
pero no tu sangre ni la mía,
ni la de las dos juntas,
sino sangre, sangre a secas,
de cordero, de sacrificio lunar.
Mi vagina asesina,
como una planta carnívora,
desea a las moscas,
atrapar entre los labios que la amurallan
finos corazones de insecto
y plumas de ala de paloma.
Mi vagina se muere de soledad
como una vagón abandonado,
sola en su agujero,
pálida en su húmeda oscuridad